La autorregulación
es un conjunto de procesos que están bastante relacionados con la conducta del
individuo. Tiene una importante dimensión motivacional, pues los estados
emocionales del estudiante, así como sus intereses personales en relación con
las materias y áreas de estudio, constituyen las fuerzas impulsoras para
iniciar una actividad. Las metas y expectativas tienen un papel fundamental en
la autorregulación.
Pero,
¿dónde aprendemos a autorregular nuestra conducta?
Según nos
dice Alonso Tapia, se aprende a autorregularse a lo largo del ciclo vital, por
medio de la práctica continuada, con esfuerzo, invirtiendo tiempo y
rectificando errores. Por lo tanto, el profesor adquiere un papel importante ya
que será el que facilite el aprendizaje del alumno sirviendo de modelo para el
mismo. El profesor no sólo enseña cómo ha de llevarse a cabo, sino que también
hace una vigilancia sobre ellos, intentando que el alumno cada vez sea más
autónomo.
Como se
observa en los artículos, la explicación, entrenamientos y correcciones permanentes
son imprescindibles para conseguir una autorregulación en el aprendizaje; por
tanto, considero que sería fundamental no sólo tener que entrenar a los
profesores sino también a los padres.
Pero,
¿realmente los profesores llevan a cabo esta etapa de la autorregulación?
Bajo mi
experiencia personal, pocos han sido los profesores que he tenido durante mi
vida académica los que me han ayudado a reflexionar sobre lo que hago. Por lo
tanto, teniendo en cuenta mi propia experiencia, no creo que se promueva el
desarrollo de la autorregulación en las aulas.
Muy unido
a este concepto de autorregulación, está el aprendizaje cooperativo, dirigido a
conseguir metas conjuntamente. Actualmente, algunos profesores si llevan a cabo
algunas técnicas, pero la mayoría de ellos creen que con mandar trabajos
grupales ya están poniendo en práctica este tipo de aprendizaje.
En conclusión,
considero de gran importancia tener un profesor/a modelo en nuestra etapa
educativa desde temprana edad. Pero, en la mayoría de los centros educativos no
se práctica, llevándose a cabo las clases tradicionales, donde el profesor
tiene un papel activo en la enseñanza y el alumno/a es el mero receptor de la
información.
También
decir, como ya comenté anteriormente, que no debemos darle todo el peso de esta
responsabilidad al profesorado, sino también a los adultos que están al lado de
los niños/as.